Santiago de Compostela sin agua durante un día por un gran vertido de purines
200.000 litros de estos subproductos de la explotación ganadera acabaron en el río Porta Ferreiros, obligando a cortar el suministro de agua a los barrios de Amés y Brión, en la capital gallega
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil está investigando el vertido de 200.000 litros de purines al río Porta Ferreiros, un afluente del Tambre, que obligó a cortar el suministro de agua potable el pasado 11 de septiembre a varias zonas de Santiago de Compostela y a los municipios cercanos de Amés y Brión.
La Xunta de Galicia ya ha abierto un proceso sancionador a la granja de Trazo donde se originó el problema, que un día después detectaron los técnicos de la estación de tratamiento de agua potable y que pusieron en conocimiento de las administraciones para “evitar cualquier riesgo que pudiese comprometer la calidad del agua”.«Todo el mundo quiere granjas de cerdos, pero no en el pueblo de al lado»
Así, durante un día los vecinos de varios barrios de la capital gallega, de Amés y Brión tuvieron cortado el suministro de agua potable, que estaba turbia por el vertido tóxico de purines. Un día más tarde la depuradora ya funcionaba, pero aun así el alcalde compostelano, Xosé Sánchez Bugallo, pidió a los ciudadanos que moderasen su consumo, ya que se iba a proceder a un corte de la captación de agua del río Tambre, por lo que la ciudad dependería exclusivamente del agua almacenada en los depósitos municipales.
Los santiagueses afectados tuvieron que recurrir a dos camiones cisterna instalados en la ciudad para abastecerse y las autoridades locales hicieron un llamamiento al consumo de agua responsable y a la colaboración de todos para no hacer acopio de agua, ni regar, ni baldear ni usar el agua potable de “modo no razonable”. Estas medidas que tuvieron que ser recordadas en esta situación de emergencia son los principios básicos de consumo de agua en toda circunstancia, aunque en numerosas ocasiones esto no se produce.
Entre las actuaciones iniciales para atajar el problema procedente de una granja de 200 vacas, la Xunta de Galicia explicó que se abrieron zanjas de 150 metros de lineal para evitar que estos purines se filtraran en el terreno lo que “permitió parar una parte importante del foco hacia el río”. Además, se retiró el material sólido de la zona y se instalaron balsas de retención en un regato en Portaferreiros.
Pero a este suceso se sumó la previsión de lluvias para los días ulteriores, lo que obligó a la empresa concesionaria de agua Viaqua, del Grupo Agbar, a constituir un gabinete de crisis al que se incorporaron expertos a nivel nacional para buscar “fuentes alternativas” de suministro. El director de general de la entidad, Marcos Martín, admitió que el seguimiento meteorológico continuo es clave porque “puede modificar de forma sustancial la situación del río y de los restos del vertido”.