Tras varios meses de protesta y reivindicación, el Ayuntamiento de Bailo aprobó por unanimidad en el pleno del pasado viernes la dispensa de licencias para actividades industriales en el plazo de un año, una medida que tiene como objetivo frenar la construcción de una macrogranja de porcino que en un principio se planteaba contar con 7.200 cabezas de ganado. El proyecto no había sido todavía presentado al ayuntamiento y la promotora solo había realizado una consulta que arrojó un informe negativo, pero el mero planteamiento de crear una explotación en Bailo movilizó a los vecinos de la localidad, que crearon la plataforma Stop Purines Pueblos Vivos.

Sin embargo, este no es un paso definitivo, pero sí un avance para detener el proyecto. «Este tiempo permitirá elaborar una ordenanza municipal que regule estas actividades», explican desde la asociación en un nota de prensa. Desde el pasado 29 de julio, los vecinos de la localidad se manifestaban todos los sábados para reclamar al ayuntamiento una actuación rápida, como la que ahora ha acometido. No obstante, la plataforma seguirá movilizándose «para promover una mesa de trabajo donde estén reflejadas las diferentes sensibilidades que se ven afectadas por las actividades de la ganadería intensiva y sus repercusiones para el municipio».

Los organizadores de la protesta ya afirmaron a este diario que la construcción del macrocomplejo de ganadería intensiva contribuiría a la «degradación de nuestras tierras, la contaminación del agua por purines, la proliferación de moscas y roedores, el continuo tránsito de camiones por las calles de Larués y la contaminación del aire, degradando con todo ello la calidad de vida de nuestros pueblos».

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